Hace unos días la nueva ministra de Educación en España, Isabel Celaá, anunciaba en el Congreso que:
– la asignatura escolar de religión «no será computable a efectos académicos y no tendrá ninguna alternativa»
– habrá una asignatura obligatoria que se llamará «valores cívicos y éticos»
Las religiones no deben tener valor académico si es que persisten en el currículo escolar. No deben tener nunca una asignatura alternativa como los valores éticos. Estos valores son universales y, por lo tanto, todos los alumnos y alumnas tienen que acercarse a la materia de los valores éticos».
No está claro cuáles serían los «valores universales» de los que habla la ministra, militante del Partido Socialista de Euskadi. ¿Serían los valores cristianos, los marxistas, los aristotélicos, los estoicos, los confucianos?
La enseñanza de la religión en cualquiera de las redes educativas del estado (publica, concertada o privada) es un DERECHO CONSTITUCIONAL (Art 27.3) de l@s cuidadan@s, no es ningún privilegio y menos de la Iglesia como institución.
Lo que ocurre es que hay un cierto discurso de una buena parte de la izquierda española un tanto «rancio» de que «el que exuca es el Estado» y esto es muy peligroso pues por ahí empiezan los estados totalitarios, por el control de la libertad de conciencia de sus ciudadan@s.
SI A LA ASIGNATURA DE RELIGION
Dijo un gran Alcalde Socialista de Madrid, cuando quisieron quitar de su despacho el Crucifijo, que la Imagen de un Hombre Justo no le hacía daño a nadie, impidiendo que lo retiraran.
De las clases de Religión habría que decir lo mismo, no hace daño saber y entender de Dios y su mensaje.
¿A qué viene tanta inquina, molestia y deseos de erradicar la formación e información de esta parte espiritual y trascendente de las personas, como son las clases de Religión?
Sin ellas toda educación no sería integral y por lo mismo incompleta.